Testimonios

Conocía a Gustavo en el año 2001. Llegó a mi academia de Kick Boxing A.K.I.B.O con la intención de aprender Kick y bajar unos kilos y creo encontró una Pasión. Los años pasaron y él no solo fue aprendiendo, sino que también empezó a ayudar y a involucrarse con la actividad. Le hizo frente a todo desde el cuerpo. Los primeros pasos y desafíos fueron los exámenes de graduación luego la competencia y finalmente la docencia. Creo que a mí me acompañó desde su llegada hasta su partida no solo él fue quien se llevó mucho, sino que a mí me dejó mucho. Gustavo quiso ser un alumno y fue de los mejores conquistando logros, viajando por Latinoamérica representando al país y además esto tal vez, sin buscarlo, se hizo amigo y compañero. Él estuvo en mi rincón en muchas ocasiones, viajó con todo el equipo al título del mundo. Su aporte sin dudas fue una de las piezas claves para el crecimiento de un Atleta y tiene gran participación en mis logros tanto nacionales como internacionales. Todo esto habla enormemente de él como deportista y cómo coach. Pero yo no puedo dejar de mencionar que todos estos logros llegan por su gran corazón y su hermosa persona. Siempre con ganas de aprender, de atreverse a los desafíos e ir por más con un carácter ejemplar, la academia A.K.I.BO tiene mucho de él, él es parte de los cimientos. Con tanto amor puesto en A.K.I.B.O, la academia no podía pagarle de otra forma que no fuera con más amor. Entonces se enamoró de Sandra, Alemana fuerte y hermosa que le supo mimar su corazón. Hoy la historia en Alemania la pueden ver ustedes, llego desde Argentina solo con su familia y hoy los logros dan frutos. Creo que con Gustavo tienen una persona, un profesor, un caballero y quien lo encuentre un amigo. Quiéranlo como lo quiero, es una muy linda persona.

Tuve la suerte de conocer a Gustavo Villarroel cuando mi amigo Patricio Reilly me recomendó la Academia A.K.I.B.O de Pablo Paoliello. Arranque en el turno noche con la idea de hacerlo como un cable a tierra. Mejorar técnicamente fue la primera meta. Las clases de Gustavo tenían mucha dinámica y me fueron atrapando rápidamente. Siempre fue un profesor muy dedicado y responsable con los alumnos y nos sacaba los mejor de cada uno. Cuando me dio la oportunidad de subirme al ring a competir demostró ser un gran rincón remarcando siempre a tiempo las falencias de los rivales y las mías en los momentos justos. Gane varias peleas gracias a él, le debo todo mi camino transitado. Supo sacarme campeón y fue la mejor experiencia de mi vida. Voy a estar muy agradecido y orgulloso por todo lo que me brindó como profe y persona para cumplir mis metas.

El arte no es ser un buen entrenador. El arte es encender el fuego de este deporte en mí. No, ¡tengo el sentimiento de que yo mismo soy el artista!

Hace 8 años atrás buscando un deporte para mi hija por recomendación de la pediatra, ya que en ese momento ella tenía sobrepeso, encontré un lugar donde enseñaban Kick Boxing nos quedamos a probar una clase. A Catalina le gustó tanto que después de probar otros deportes se quedó ahí y se convirtió en años de entrenamiento. El profesor Gustavo Villarroel fue su guía todo el tiempo, no solo en lo deportivo, sino también poniendo todo de él para hacer de Catalina una gran luchadora y lo logró. Llegó a ganar un título Argentino semiprofesional cosa que si no fuera por el empeño que él puso no hubiera sido posible. Solo tengo palabras de agradecimiento para él por ser, aparte de un buen profesor, una excelente persona.

Cuando comencé a entrenar con Katu, solo hacía kickboxing fitness. Solo con el tiempo crecí en el "mundo de la lucha" y he peleado bastantes peleas en Kick, K1 y Muay Thai hasta el nivel semiprofesional. Katu es un gran entrenador para ambas áreas. Para personas que quieren ponerse en forma y quieren hacer mucho ejercicio y para aquellos que quieren luchar o perfeccionar su técnica. Lo amarás y lo odiarás. Como debe ser para un buen entrenador. Con él, el corazón y los años de experiencia se unen.

Gustavo es un gran entrenador. Con su naturaleza positiva, crea una atmósfera en la que incluso el entrenamiento duro es muy divertido. Transmite su formación técnicamente exigente con facilidad. Gustavo es constructivo y gracioso. Siempre vuelvo a casa con buenas sensaciones.